
Poco a poco la rosa se marchita.
Poco a poco pierde su color.
Poco a Poco su aroma desaparece.
Poco a poco se entristece su andar.
Así como yo me marchito, se marchita la rosa.
El color de mi voz se opaca como los pétalos de mi rosa.
Mi perfume natural se difumina en las ruinas de mi rosal.
Y estos pasos tristes buscan consuelo como mi rosa muerta.
Ya no desfila vanidosa entre las demás flores mi rosa amada.
Ya no alerta a los enemigos con sus afiladas espinas.
No engalana ya mi rosa muerta las praderas de mis sueños.
Empolvada y sepultada yace mi rosa, marchita de dolor...